Uno de los primeros mandamientos de la ley del amor. Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo
como a ti mismo. Tristemente vemos que la mayoría de las veces es al revés
ponemos primero a Dios que es lo correcto, pero abandonando a la familia, ellos
pasan a segundo plano en múltiples ocasiones escucho las quejas de familiares
que se sienten solos, aislados, como si no existieran y dicen por ejemplo a mi
esposo (a) lo que le falta es dormir en la iglesia, o dicen pertenece a todos
los movimientos apostólicos y no tiene tiempo para estar en la casa, también habrá
oído esta frase no pueden asistir a ninguna actividad de los nietos, porque tienen
que servir en la iglesia.
¿y yo me preguntó? ¿Cuál es el verdadero motivo? ¿Será una fe auténtica,
fanatismo, o esta tratando de ocultar algo, o simplemente está llenando algún vacío?
Cuándo somos cristianos coherentes sabemos que nuestra primera iglesia empieza
en nuestro hogar, de que nos sirve alcanzar tantos supuestos méritos para el
cielo, si hemos perdido lo principal nuestra familia, muchas veces nos quejamos
de que nuestros seres queridos no acuden a la iglesia con frecuencia o nunca van
¿pero que testimonio le estoy dando yo? Son detalles en los que debemos reflexionar,
nuestra presencia es importante para ellos se predica con el testimonio de vida.
Ese afán desmedido de servir a Dios causa discordia entre la familia,
enfado contra la iglesia, inclusive contra el mismo Dios porque, no podemos
entender como mi mamá, papá, abuela, no se interesan por mí, o nunca tiene tiempo
para mí. Te aseguro que a Dios le agradaría más que compartas con tus seres
queridos que les trasmitas el amor de Dios a través de tú entrega hacia ellos,
de tú presencia en los momentos mas importantes, siempre se puede hacer el
espacio, quizás necesites organizarte.