El mundo esta en crisis
y la iglesia no ha sido la excepción en estos últimos tiempos se ha disparado
una ola de sucesos que nos han estremecido en especial a la comunidad de fe,
hemos visto como sacerdotes, obispos, y seminaristas han sido acusados de maltrato
y violación, actos que son abominables y condenados duramente por la sociedad. El
que lo haya hecho quedará debidamente procesado por la ley que pagué, por sus
delitos yo no soy quien, para juzgarlo, todos como cristianos debemos aprender
de estas lecciones muchos, endiosan a los pastores, sacerdotes, obispos, ellos
son seres humanos como cualquier otro, merecen nuestro respeto y admiración,
pero no la idolatría. Necesitamos ser más coherentes en nuestra fe y estar
atentos y vigilantes en especial con nuestros niños, mantener una distancia
prudente, sabemos que no todos son violadores, pero los niños sea en la
catequesis, en el confesionario, o en cualquier actividad, deben estar acompañados
de un adulto responsable, no se puede confiar plenamente en nadie.
Cada ves que surge un
escandalo de abuso sexual sale a relucir que la culpa es de la iglesia católica
por prohibirle a los sacerdotes casarse debo corregir este gran error. Antes de
entrar al seminario pasan por un largo periodo de discernimiento, para que
puedan encontrar su verdadera vocación en la vida, no todos los que entran al
seminario terminan siendo sacerdotes en este periodo se les permite tener,
novia y decidir cuál es su llamado. A diferencia del celibato de los laicos, el de los sacerdotes está determinado por
una elección libre y consciente del hombre
psicológicamente maduro y como tal no provoca frustraciones. Hacer una
elección libre siempre significa renunciar a otras posibilidades, a otros
valores; pero una elección libre es también testimonio de la convicción de que
el valor que se ha escogido es superior a todos los demás.
Y entonces, ¿por qué algunos sacerdotes no han sabido vivir el celibato? Sin querer juzgar a nadie, pues el tema es suficientemente profundo y complicado para dar respuestas simples, creo que analizando la vida de aquellos sacerdotes que no ha sabido observar la obligación del celibato, se puede individuar una causa casi siempre común a muchos: la degradación moral. De ordinario empieza con una crisis de fe y con el rechazo interno de las reglas impuestas por la Iglesia; es decir, con una gran falta de humildad; la mayoría de las veces la ley del celibato es transgredida por personas demasiado seguras de sí mismas, que no buscan apoyo continuo del amor de Dios. La santidad, aunque requiera la colaboración del hombre, es antes que toda una gracia divina, don que hay que pedir humildemente en la oración. Cuando la oración se apaga, el sacerdote se hace más vulnerable a las presiones del ambiente.
Y entonces, ¿por qué algunos sacerdotes no han sabido vivir el celibato? Sin querer juzgar a nadie, pues el tema es suficientemente profundo y complicado para dar respuestas simples, creo que analizando la vida de aquellos sacerdotes que no ha sabido observar la obligación del celibato, se puede individuar una causa casi siempre común a muchos: la degradación moral. De ordinario empieza con una crisis de fe y con el rechazo interno de las reglas impuestas por la Iglesia; es decir, con una gran falta de humildad; la mayoría de las veces la ley del celibato es transgredida por personas demasiado seguras de sí mismas, que no buscan apoyo continuo del amor de Dios. La santidad, aunque requiera la colaboración del hombre, es antes que toda una gracia divina, don que hay que pedir humildemente en la oración. Cuando la oración se apaga, el sacerdote se hace más vulnerable a las presiones del ambiente.
Carmen Vázquez
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