Hay
cosas que se resuelve así: con una mirada diferente, con un poco de
imaginación, con mayor apertura mental.
Llegamos a la puerta. La llave entra. La giramos una y otra vez hacia la
izquierda. La puerta no se abre.
Llamamos
y preguntamos. La respuesta llega suave, discreta, con el deseo de no ofender:
"¿Has probado girar la llave hacia el otro lado?"
Hay
cosas que se resuelve así: con una mirada diferente, con un poco de
imaginación, con mayor apertura mental.
Lo
que ocurre es que muchos bloqueos mentales, por pereza, por costumbres
adquiridas, por pensar que nada puede cambiar, nos impiden ver otras
posibilidades para resolver ciertas situaciones.
No
siempre funciona girar la llave hacia el otro lado. Hay casos en los que
tenemos que llamar al cerrajero o a un vecino que tiene habilidades
sorprendentes.
Pero en otros muchos casos necesitamos una buena dosis de desbloqueo mental
para no quedarnos atorados ante un obstáculo que tiene fácil solución.
Los
desbloqueos mentales nos permiten descubrir que sí había tiempo para limpiar la
casa, que era posible escribir a un familiar hasta ahora dejado de lado, que
teníamos energías para ayudar a un amigo los días de su enfermedad.
El
ser humano tiene una apertura mental e imaginativa sorprendente. Quizá, para
despertarla, nos hace falta un poco menos de pereza, un poco más de reflexión,
un sencillo llamar por teléfono a alguien que nos desbloquee.
Llegará,
entonces, una respuesta tan sencilla como la de "gira la llave hacia el
otro lado". Y, como un "eureka" actualizado, se abrirán ante
nuestros ojos y nuestra mente horizontes nuevos que nos permiten avanzar, con
alegría y esperanza, hacia nuevas posibilidades de bien y de belleza.
catholic.net
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