Incluyendo
la “aparición” de san José en Itapiranga, Brasil. Viviendo en una era
de “fake news”, no debería sorprendernos que muchas apariciones de
la Virgen María o de san José no fuera verdaderas. De hecho, a lo largo de los
siglos, la Iglesia ha declarado falsas innumerables revelaciones privadas y
solamente declara dignos de veneración los relatos que demuestran ser
auténticos y espiritualmente fructíferos después de un cuidadoso examen.
Aunque
los católicos no tienen obligación de creer en ninguna revelación privada, ni
siquiera las aprobadas, la Iglesia puede aprobar apariciones y mensajes para
devoción local o universal. El primer paso de este proceso es la aprobación del
obispo local de la diócesis donde vive el visionario. En 1978 se elaboró un
documento vaticano que describe los pasos necesarios para confirmar una
revelación privada.Cuando se tenga la certeza de los hechos relativos a una presunta
aparición o revelación, le corresponde por oficio a la Autoridad eclesiástica:
a) En primer lugar juzgar sobre el hecho según los
criterios positivos y negativos (cf. infra, n. I).b) Después, en caso de que este examen haya resultado
favorable, permitir algunas manifestaciones públicas de culto o devoción y
seguir vigilandolas con toda prudencia (lo cual equivale a la fórmula “por el
momento nada obsta”: pro nunc nihil obstare).
c) Finalmente, a la luz del tiempo transcurrido y de
la experiencia adquirida, si fuera el caso, emitir un juicio sobre la verdad y
sobre el carácter sobrenatural del hecho (especialmente en consideración de la
abundancia de los frutos espirituales provenientes de la nueva devoción).
Solamente
la Sede Apostólica puede invalidar una decisión del Ordinario local. Para
revertir tal decisión haría falta algo grave y no realizado por “razones
sospechosas”.
La Iglesia
siempre es cuidadosa a la hora de someter revelaciones privadas a un proceso de
estudio antes de hacer cualquier valoración sobre la propiedad de devoción, ya
que no quiere engañar a nadie ni desviarlo de la fe.
Aquí tenéis
una lista muy corta de revelaciones privadas a lo largo del último siglo que han
sido declaradas falsas o de carácter no sobrenatural divino y de las cuales,
por tanto, los fieles tienen indicación de alejarse.
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