viernes, 23 de marzo de 2018

Estas apariciones fueron oficialmente declaradas “falsas”


Incluyendo la “aparición” de san José en Itapiranga, Brasil. Viviendo en una era de “fake news”, no debería sorprendernos que muchas apariciones de la Virgen María o de san José no fuera verdaderas. De hecho, a lo largo de los siglos, la Iglesia ha declarado falsas innumerables revelaciones privadas y solamente declara dignos de veneración los relatos que demuestran ser auténticos y espiritualmente fructíferos después de un cuidadoso examen.
Aunque los católicos no tienen obligación de creer en ninguna revelación privada, ni siquiera las aprobadas, la Iglesia puede aprobar apariciones y mensajes para devoción local o universal. El primer paso de este proceso es la aprobación del obispo local de la diócesis donde vive el visionario. En 1978 se elaboró un documento vaticano que describe los pasos necesarios para confirmar una revelación privada.Cuando se tenga la certeza de los hechos relativos a una presunta aparición o revelación, le corresponde por oficio a la Autoridad eclesiástica:
a) En primer lugar juzgar sobre el hecho según los criterios positivos y negativos (cf. infra, n. I).b) Después, en caso de que este examen haya resultado favorable, permitir algunas manifestaciones públicas de culto o devoción y seguir vigilandolas con toda prudencia (lo cual equivale a la fórmula “por el momento nada obsta”: pro nunc nihil obstare).
c) Finalmente, a la luz del tiempo transcurrido y de la experiencia adquirida, si fuera el caso, emitir un juicio sobre la verdad y sobre el carácter sobrenatural del hecho (especialmente en consideración de la abundancia de los frutos espirituales provenientes de la nueva devoción).
Solamente la Sede Apostólica puede invalidar una decisión del Ordinario local.  Para revertir tal decisión haría falta algo grave y no realizado por “razones sospechosas”.
La Iglesia siempre es cuidadosa a la hora de someter revelaciones privadas a un proceso de estudio antes de hacer cualquier valoración sobre la propiedad de devoción, ya que no quiere engañar a nadie ni desviarlo de la fe.
Aquí tenéis una lista muy corta de revelaciones privadas a lo largo del último siglo que han sido declaradas falsas o de carácter no sobrenatural divino y de las cuales, por tanto, los fieles tienen indicación de alejarse.



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