Un
bebé necesita caricias y amor desde el momento en que llegan al mundo. El Hospital
San Bonifacio en Minnipeg, (Canadá), tuvo una gran
idea de voluntariado, tan buena que sus cupos están totalmente agotados.
Asumiendo
la gran responsabilidad del cuidado de los bebés apenas nacidos, que necesitan
de una atención especial e integral las 24 hs. del día sin descanso y viendo
que no siempre es posible para los padres que estén con el niño todas esas
horas, se buscó “voluntarios abrazadores”.
Sí,
como lo oyes, porque un pequeñito necesita, a parte del precioso cuidado que
pueda aportar un médico para su buena salud, afecto y cariño de forma
constante. Mucho más si son prematuros porque una incubadora nunca se puede
comparar al calor, los mimos y caricias que solo un ser humano puede brindar,
esa carga emocional que ayuda a los pequeños a la pronta mejoría y favorece su
correcto desarrollo.
Estos
voluntarios son especialmente necesitados cuando se trata de bebés de madres
adictas, ya que al nacer sufren del síndrome de abstinencia neonatal. Los
voluntarios se encargan de asistir a los pequeños recién nacidos mientras las
madres se encuentran en los centros de rehabilitación.
La idea
innovadora del Baby Cuddler (Abrazador de bebés) en este hospital canadiense
tuvo un gran éxito, tanto que al entrar a la página del hospital, resalta la siguiente
nota: “Nuestro equipo de voluntarios de Baby Cuddler está actualmente lleno,
pero aceptamos solicitudes de voluntarios para otros puestos. Gracias por su
interés.” Como ven está completamente lleno, e si invita a colaborar en otros sectores,
como el de geriatría.
¿Qué
te parece esta idea?
Numerosos
estudios han demostrado que el contacto piel a piel mejora la formación
fisiológica del niño y el control cognitivo en los primeros años de vida.
Abrazarlos,
acariciarlos, cantarles y susurrarles palabras cariñosas tienen un efecto muy
positivo en los pequeños. Un bebé necesita caricias y amor desde el momento en
que llegan al mundo. Claro está que lo ideal sean los padres a brindarle todo
este afecto que ayuda a fortalecer los vínculos padre-hijo, pero cuando ellos
no están, quizás sea una buena idea la propuesta del Hospital San Bonifacio.
aleteia.org
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