Cinco
falsos análisis para cinco años de Pontificado (y todos llegan desde Argentina).
El
13 de marzo se cumplió el quinto aniversario del pontificado del papa
Francisco. Son fechas que los católicos pueden recordar, que en medios
interesados en llevar el pulso de la vida de la Iglesia tienen mucho valor,
pero que en general, para la prensa internacional, tienen un bajo y mediano
interés. No es así en el lugar de origen del Papa Francisco, donde la fecha no
pasó desapercibida por gran parte de la prensa argentina.
Entre
los distintos análisis que periodistas principalmente dedicados a la política
hicieron por estos cinco años de pontificado, recordando un día que
unánimemente será evocado en la Argentina como uno de los días más
sorprendentes de su historia, abundaron una serie de lugares comunes
mencionados con frecuencia con absoluta liviandad. Lugares comunes que en la
síntesis de las redes sociales llenaron de desinformación la opinión pública.
1.
El Papa es peronista
Es
la definición más común que se da del Papa Francisco. Hay libros enteros que
buscan definir al peronismo, y concluyen argumentando que el peronismo es una
corriente demasiado amplia como para querer acotarla a una sola definición.
Los
hechos son que el Papa Francisco no está afiliado al Partido Justicialista,
partido que formalmente hereda y encarna los lemas peronistas. Jorge Bergoglio
no era de Guardia de Hierro, organización peronista en tiempos en los que el
movimiento estaba proscripto en la Argentina, pese a que tenía relación con
algunos que sí lo hacían.
Y
si varios hablan de su identidad peronista por su afinidad con la justicia
social que el peronismo proclama, baste con afirmar que la doctrina social de
la Iglesia tiene bastantes más historias antes del nacimiento de Juan Domingo
Perón. El Papa no es peronista ni de ningún partido político argentino.
2. El Papa es kirchnerista
Casi
asociado al lugar común anterior, éste se basa en la amplia difusión que
tuvieron las imágenes del Papa Francisco con funcionarios y personalidades
afines a la plataforma política que gobernó la Argentina durante las
presidencias de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner. Nadie duda de
que la relación con ambos mientras vivían en la Argentina no fue una relación
de amigos. Abiertamente, Néstor Kirchner, peronista, evitaba a Jorge Bergoglio.
Si
bien no es cierto que Cristina Kirchner no recibía a Bergoglio como arzobispo,
tampoco existía una abierta afinidad entre ambos. Mientras coexistieron la
presidencia de Cristina Kirchner con el Pontificado de Francisco el Papa la
recibió en algunas ocasiones con notoria alegría. La misma que tuvo la primera
vez que saludó a Mauricio Macri cuando asumió el pontificado. El Papa recibió y
saludó a personas afines al kirchnerismo y a los acérrimos opositores al
kirchnerismo
3.
El Papa es marxista
Aunque es un lugar común que cae rápidamente,
ocasionalmente asoma, por ejemplo, en los análisis de la encíclica Lumen Fidei,
en los que analistas americanos hablan de una pluma roja del Papa Francisco
contrastada con la de Benedicto XVI, quien inició el documento.
El Papa no es ni peronista ni kirchnerista, aunque tampoco es liberal en
términos económicos, y eso es evidente. El evitar confrontar abiertamente con
personas afines al comunismo, incluso el régimen castrista, alimentó este lugar
común que el mismo Papa, con claridad, rechazó en una entrevista: “La ideología
marxista está equivocada, pero en mi vida he conocido a muchos marxistas buenas
personas, por eso no me siento ofendido”.
4.
El Papa se mete en la política argentina
Por
más que algunos sueñan con que lo haga, el Papa no se involucra en la política
argentina. No pone ni saca candidatos. Quienes se han presentado y han hecho
campaña con su imagen, en general, han fracasado en las urnas. En tiempos de
campaña, evita cualquier tipo de fotos o cercanía con cualquier persona.
Todo
lo que se sabe que el Papa hubiese hecho o mandó a hacer, son trascendidos. Los
mismos trascendidos que hablaban de una visita a la Argentina en 2014, en 2015,
en 2016…Si el Papa quisiera meterse en la política argentina, daría entrevistas
a medios argentinos sobre la coyuntura argentina. Y no lo hace.
5.
El Papa no quiere a la Argentina
No tiene mucho sentido explayarse sobre el absurdo de
asociar una decisión de no priorizar un viaje a la Argentina con una falta de
afecto a su país, sobre el que alguna vez dijo: “Hay que ponerse la patria al
hombro”. Difícil es imaginar que Pedro cuando los caminos lo llevaron a Roma no
añoró su hogar frente al lago. La lógica política que no hay que usar para
entender a la Iglesia, como ha insistido Francisco, no contempla la posibilidad
de que quien asume el Pontificado ponga en manos de Dios aquello que más se
quiere. El Papa quiere a la Argentina, pero el primer mandamiento es Amar a
Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo, no Honrar Padre y
Madre.
La lista podría continuar con una mirada más universal y abordar temas
que con liviandad se dicen, como que el Papa no ha priorizado la justicia en
torno a los abusos cometidos por sacerdotes, entre otros.
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