Una autoestima saludable es fundamental
para crecer, madurar y perfeccionarnos
Como católicos nos
podemos preguntar ¿es bueno tener amor propio? Constantemente procuramos amar a
los demás, sacrificarnos y hacer cosas por otros. ¿Eso dónde nos deja a
nosotros? ¿Acaso el amor propio es incompatible con el amor hacia el prójimo?
En primer lugar, hay que decir que como personas somos
seres valiosos y dignos de ser amados. Sería absurdo amar a los demás
y no hacerlo con uno mismo. El amor propio es bueno y es necesario porque es el
motor de todas nuestras actividades. Pensemos en las actividades que realizamos
a diario: estudiar, trabajar, hacer deporte, leer un libro. las hacemos
buscando nuestro bien y superación. Una
autoestima saludable es fundamental para crecer, madurar y perfeccionarnos
como seres humanos (por ej.: para aprender, cambiar un vicio, reforzar una
virtud). La autoestima nos impulsa a interesarnos en diferentes actividades y
alcanzar metas, no solo en el plano material sino también en el plano
espiritual y en las relaciones con los demás. La depresión, en cambio, o una
baja autoestima nos hace apáticos frente a la vida. Por eso, el amor propio es
importante. Cristo, incluso, pone el amor propio como criterio para amar a los
demás: “Amarás al prójimo como a ti mismo.”
Sin
embargo, el amor propio no puede confundirse con egoísmo o vanidad, pues
justamente lo que busca es ser buenos, perfeccionarnos, ser mejores, crecer y
esto implica respetar y amar a los demás. ¿Cómo? Podemos tomar como referencia la parábola del
samaritano que nos enseña a sacrificar tiempo, dinero, planes por el bien de
otro. Tener amor por uno mismo, siempre llevará a abrirnos a los demás, a
querer dar amor, a querer el bien del prójimo y, por eso, hay
pocas cosas más lindas en la vida que acoger a alguien necesitado, que las
amistades y la familia, porque reflejan un amor desinteresado que nos llena el
corazón. Como dijo el Concilio Vaticano II “el hombre no puede encontrar su
propia plenitud si no es en la entrega sincera de sí mismo a los demás.”
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