En el designio divino la misión de la familia es custodiar, revelar y
comunicar el amor de Dios por la humanidad. Bajo esta luz se definen las
cuatro tareas de la familia cristiana en las que se expresa su misión y
vocación.
¿Cuáles son las tareas?
1. Formar una comunidad de personas.
2. Participar en el amor de Dios y en su poder de Creador, y Educar a los hijos
¿Cuáles son las tareas?
1. Formar una comunidad de personas.
2. Participar en el amor de Dios y en su poder de Creador, y Educar a los hijos
hasta la madurez.
3. Participar en el desarrollo de la sociedad.
4. Participar en la vida y misión de la Iglesia.
La formación de una comunidad de personas:
3. Participar en el desarrollo de la sociedad.
4. Participar en la vida y misión de la Iglesia.
La formación de una comunidad de personas:
Si la misión de la familia es la de custodiar, revelar y conservar el
amor, será precisamente el amor el motor, la fuerza que construya esta
comunidad de personas.
El amor va creando esa atmósfera de comunión y de espontánea
libertad en la que se desarrolla armónicamente la personalidad humana de toda
la familia: entre esposos, entre padres e hijos y demás familiares.
La primera comunión que se instaura es la de los cónyuges que
hunden sus raíces en el complemento natural que existe entre el hombre y la
mujer, animados por compartir lo que tienen y sobre todo lo que son. Es una comunión
que se caracteriza por su unidad y por su indisolubilidad.
La fecundidad es una dimensión del hombre y de su amor. Esta
misión hay que verla, hay que reflexionar, meditar como criaturas ante nuestro
Creador.
La misión de la familia de estar a favor de la vida es ahora
más urgente que nunca pues ha surgido una mentalidad contra la vida que se ha
difundido extensamente con la ayuda de poderosos medios económicos y de los
medios de comunicación social.
El Concilio Vaticano II en la declaración sobre la educación
Cristiana de la juventud nos recuerda que "puesto que los padres han dado
la vida a los hijos, tienen la gravísima obligación de educar a la prole y por
tanto hay que reconocerlos como los primeros y principales educadores de sus
hijos. Es pues, deber de los padres crear un ambiente de familia animado por el
amor, por la piedad hacia Dios y hacia los hombres, que favorezca la educación
integral, personal y social de los hijos".
Su
participación en el desarrollo de la sociedad:
Si la familia es la célula primera y vital de la sociedad,
sería muy perjudicial que se quedara convertida en un "Ghetto" sin
proyección al exterior. El desinterés por la comunidad social acabaría por
destruir a la propia familia.
El amor de la familia debe de transmitirse a la sociedad.
Sobre todo, en nuestra sociedad las familias cristianas deben aportar sus
mejores esfuerzos para que las decisiones políticas vayan encaminadas a favor
de un modelo de sociedad más humana, más justa, más honesta y más auténtica.
Participación en la vida y misión de la Iglesia:
La familia cristiana está llamada, como una de sus tareas
fundamentales, a la edificación del reino de Dios en la Historia. ¿Cómo?
Participando en la vida y misión de la Iglesia. La unión y la semejanza entre
la familia y la Iglesia son estrechísimas: La familia cristiana es como una
"Iglesia en miniatura", "Iglesia pequeña", "Iglesia
doméstica".
La familia recibe el amor de Cristo y está llamada a
transmitir este mismo amor que salva a los hombres. Recibir y transmitir. Por
eso la familia está llamada a evangelizar acogiendo y anunciando la palabra de
Dios. La futura evangelización depende en gran parte de la Iglesia doméstica.
Son muchas las familias y hombres que hay que ayudar: A los
que buscan la verdad.
A los que se han alejado, a las familias que no creen.
Por: laverdadcatolica.org
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