Vale la pena
dedicar 3 minutos de tu día a leer esto.
Para un médico especialista en longevidad,
ninguna presentación de sus capacidades profesionales puede ser mejor que la de
su propia vida, y ese es solamente uno de los atributos que clasifican al médico japonés Shigeaki Hinohara como
el maestro y la gran inspiración que fue. Falleció a los 105 años y aun trabajando, habiendo vivido su larga vida
con salud mental y física impecables. El Dr. Shigeaki dejó no sólo su historia
de intensa dedicación a la Medicina y
a los cuidados más humanos con sus pacientes, sino también algunos consejos
para que vivamos una buena vida y longeva, como parte de su legado.
Nacido en
1911, Hinohara se volvió uno de los médicos del mundo con más tiempo dedicado a
la salud y a la felicidad de sus pacientes. Y el término “felicidad” aquí no es
usado por casualidad: el médico fue un pionero
en el trato más personal e individual con los pacientes e,
incluso después de su muerte, sigue como inspiración para mejorar la calidad de
nuestras vidas. No cabe duda:
el Dr. Shigeaki entendía de vida, y por eso, vale la pena recordar aquí sus 12 más importantes consejos, sacados de
una entrevista que el doctor dio a los 97 años.
Algunos
principios del Dr. Shigeaki Hinohara:
1.
Come bien
“Todos
los que viven una larga vida, independientemente de su nacionalidad, raza o
género, tienen una cosa en común: no tienen sobrepeso”.
2
– No tomes atajos
“Para
mantenerte saludable, siempre sube escaleras y carga tus propias cosas. Yo subo
de dos en dos los escalones, para ejercitar mis músculos”.
3
– Redescubre tu energía juvenil
“La
energía viene de sentirse bien, no de comer bien o dormir mucho. Todos
recordamos cuando éramos niños y estábamos divirtiéndonos, cómo nos olvidábamos
de comer o dormir. Yo creo que podemos mantener esa actitud de adultos. Es
mejor no cansar al cuerpo con demasiadas reglas como la hora de comer y de
dormir”.
4
– Manténte ocupado
“Siempre
planifica con antelación. Mi agenda ya está completa para los próximos 5 años,
con conferencias y mi trabajo habitual, en el hospital”.
5 – Manténte trabajando
“No
hay necesidad de jubilarse jamás, pero si es necesario, debe ser bastante más
tarde de los 65 años. Hace cincuenta años, había solamente 125 japoneses con
más de 100 años. Hoy, son más de 36 mil”.
6
– Sigue contribuyendo con la sociedad
“Después
de una cierta edad, debemos esforzarnos para contribuir a la sociedad. Desde
los 65 años trabajó como voluntario. Aún trabajo 18 horas, 7 días por semana y
amo cada minuto”.
7
– Difunde tu conocimiento
“Comparte
lo que sabes. Yo doy 150 conferencias al año, algunas para 100 niños de
secundaria, otras para 4.500 empresarios. Normalmente hablo durante una hora,
una hora y media, de pie, para estar fuerte”.
8
– Entiende el valor de las diferentes disciplinas
“La
ciencia por sí sola no logra curar o ayudar a las personas. La ciencia nos
trata a todos como una sola cosa, pero las enfermedades son individuales. Cada
persona es única, y las enfermedades están conectadas con sus corazones. Para
entender las enfermedades y ayudar a las personas, necesitamos de artes
liberales y visuales, no solamente la medicina”.
9
– Sigue tus instintos
“Al
contrario de lo que te imaginas, los médicos no logran curar todo y a todos.
Entonces, ¿para qué causar un dolor innecesario como, por ejemplo, una cirugía,
en ciertos casos? Yo creo que la música y la terapia animal pueden ayudar a las
personas más de lo que los médicos imaginan”.
10
– Resiste al materialismo
“No
te vuelvas loco por acumular cosas materiales. Recuerda: no sabes cuándo te
tocará, y nosotros no nos llevaremos nada de aquí”.
11
– Ten modelos de vida e inspiraciones
“Encuentra
a alguien que te inspire para ir más allá. Mi papá fue a estudiar a Estados
Unidos en 1900, fue un pionero y uno de mis héroes. Más tarde encontré otros
guías de vida, y cuando me siento paralizado, me preguntó cómo habían lidiado
con el problema”.
12
– No subestimes el poder de la diversión
“El
dolor es algo misterioso, y divertirse es la mejor manera de olvidarlo. Si a un
niño le duelen los dientes y empiezas a jugar con él, inmediatamente olvidará
el dolor. Los hospitales necesitan cubrir las necesidades básicas de los
pacientes: todos nosotros queremos divertirnos. En el St. Luke Hospital (que
dirigió y donde trabajó hasta el último día) tenemos música, terapia animal y clases de arte”.
“Mi inspiración es el
poema Abt Vogler, de Robert Browning, que mi papá solía
leerme. Él nos anima a hacer gran arte, no garabatos. Dice que intentemos
dibujar un círculo tan grande que no haya cómo terminarlo mientras vivamos.
Todo lo que vemos es un arco, el resto está más allá de la vista, pero está
ahí, en la distancia”.
Por Pazes
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