domingo, 3 de septiembre de 2017

"Supersticiones"


El Catecismo de la Iglesia Católica nos enseña que la superstición es un pecado contra el Primer Mandamiento.

Definición: Del latín: superstitio -ónix
Creencia extraña a la fe religiosa y contraria a la razón. 2. Fe desmedida o valoración excesiva respecto de una cosa o a una práctica. Así se puede hablar de superstición de la ciencia cuando se apela irracionalmente a esta para defender una posición. Catecismo de la Iglesia Católica, 2111.

La superstición es la desviación del sentimiento religioso y de las prácticas que impone. Puede afectar también al culto que damos al verdadero Dios, por ejemplo, cuando se atribuye una importancia, de algún modo, mágica a ciertas prácticas, por otra parte, legítimas o necesarias. Atribuir su eficacia a la sola materialidad de las oraciones o de los signos sacramentales, prescindiendo de las disposiciones interiores que exigen, es caer en la superstición (cf Mt 23, 16-22). Superstición es atribuirle a prácticas legítimas un valor erróneo.

Referente a los sacramentales y oraciones, se cae en superstición cuando se confía en la materialidad del acto sin la necesaria disposición interior. Cuando, en vez de valorar un objeto religioso por lo que representa, se le atribuye un poder intrínseco. Es supersticioso, por ejemplo, quién lleva un escapulario, pero no guarda en su corazón fidelidad a la Virgen Santísima, sino que se entrega al pecado pensando que tan solo por llevarlo se salvará.

      La superstición puede conducir a la idolatría y a distintas formas de adivinación y de magia.
      La "suerte", entendida como una fuerza que pueda afectar el destino, no existe. El cristiano sabe que depende de la Providencia divina y que es responsable por su libre albedrío.
    La superstición es producto de ignorancia o de un vacío espiritual.
    No se debe confundir tradición con superstición. Las tradiciones serían supersticiosas sólo si se les  atribuyen poderes mágicos.

Ejemplos de supersticiones: "la maldición del #13, de los gatos negros, de pasar bajo una escalera; comer uvas el año nuevo para atraer la buena suerte. Hay fiestas que reúnen un conjunto de supersticiones, por ejemplo, Halloween, el vestir ropa interior de colores amarillo o rojo en vísperas de año nuevo para "atraer" dinero o amor, salir a dar la vuelta con maletas "para atraer viajes", el poner lentejas a cocer para atraer el dinero, etc, todas estas supersticiones que se realizan en fin de año, tienen un componente que desvía nuestra fe del Único y Verdadero Dios providente y misericordioso, para poner nuestra fe en un objeto, con esto ofender gravemente a Dios, al tentarlo y desconfiar de su amor y providencia. Jesús en su evangelio nos enseña que el Padre sabe lo que necesitamos y no tenemos que fijar nuestra fe en objetos y ritos paganos esotéricos, sino en Jesucristo Camino, Verdad y Vida: "Después dijo a sus discípulos: 


"Por eso les digo: No se inquieten por la vida, pensando qué van a comer, ni por el cuerpo, pensando con qué se van a vestir. Porque la vida vale más que la comida, y el cuerpo más que el vestido. Fíjense en los cuervos: no siembran ni cosechan, no tienen despensa ni granero, y Dios los alimenta. ¡Cuánto más valen ustedes que los pájaros! ¿Y quién de ustedes, por mucho que se inquiete, puede añadir un instante al tiempo de su vida? Si aun las cosas más pequeñas superan sus fuerzas, ¿por qué se inquietan por las otras? Fíjense en los lirios: no hilan ni tejen; sin embargo, les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vistió como uno de ellos. Si Dios viste así a la hierba, que hoy está en el campo y mañana es echada al fuego, ¡cuánto más hará por ustedes, hombres de poca fe! Tampoco tienen que preocuparse por lo que van a comer o beber; no se inquieten, porque son los paganos de este mundo los que van detrás de esas cosas. El Padre sabe que ustedes las necesitan. Busquen más bien su Reino, y lo demás se les dará por añadidura." (Lc 12, 22-31).




Por: P. Gabriel Dominguez 

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