¿Es cierto que la Sábana cubrió el cuerpo de Jesús?
¿Es científicamente demostrable? ¿Cómo llegó a manos de la Santa Sede? ¿Debemos
creer en ella? ¿Qué pasa con la prueba del carbono 14?... El domingo 24 de mayo
de 1998, S.S. Juan Pablo II fue a la catedral de Turín, para venerar La Sábana
Santa. Anteriormente lo que había hecho en septiembre de 1978, siendo cardenal,
y en 1980 durante su visita pastoral en Turín. Pero en 1998 (en el periodo de
la Exposición Pública de la Sábana Santa), el Papa pronunció un discurso muy
importante sobre esta reliquia, del cual extractamos algunos párrafos.
Amadísimos hermanos y hermanas:
1.-...A la luz de la presencia de Cristo en medio de
nosotros, me he arrodillado ante La Sábana Santa, el preciosos lienzo que nos puede ayudar a comprender mejor el misterio del amor que nos tiene el
Hijo de Dios”. “Ante la Sábana Santa, imagen intensa y conmovedora de un
dolor indescriptible, deseo dar gracias al Señor por este don singular, que
pide al creyente atención amorosa y disponibilidad plena al seguimiento del
Señor”.
2.- “ La Sábana Santa es un reto a la inteligencia... La
fascinación misteriosa que ejerce La Sábana Santa impulsa a formular preguntas
sobre la relación entre ese lienzo sagrado y los hechos de la historia de
Jesús. Dado que no se trata de una materia de Fe, la Iglesia no tiene
competencia específica para pronunciarse sobre estas cuestiones. Encomienda a
los científicos la tarea de continuar investigando para encontrar respuestas
adecuadas a los interrogantes relacionados con este lienzo que, según la
tradición, envolvió el cuerpo de nuestro Redentor cuando fue bajado de la cruz”.
3.- Para el creyente cuenta sobre
todo el hecho de que La Sábana Santa es espejo del Evangelio. En efecto, si se
reflexiona sobre este lienzo sagrado, no se puede prescindir de la
consideración de que la imagen presente en él tiene una relación profunda como
cuanto narran los evangelios sobre la pasión y muerte de Jesús, que todo hombre
sensible se siente interiormente impresionado y conmovido al contemplarlo”.
4.- “En la Sábana Santa se refleja la imagen del sufrimiento humano...”
5.- “La Sábana Santa es también imagen del amor de Dios, así como del pecado del hombre. Invita a
redescubrir la causa última de la Muerte Redentora De Jesús... Ante ella, los
creyentes no pueden menos de exclamar con toda verdad: “Señor, ¡no podías
amarme más!” y darse cuenta enseguida de que el pecado es el responsable de
ese sufrimiento: los pecados de todo ser humano”.
6.- “La Sábana Santa es también imagen de impotencia...
A todos desconcierta el pensamiento de que ni siquiera el
Hijo de Dios resistió la fuerza de la muerte; pero a todos nos conmueve el
pensamiento que participó de tal modo en nuestra condición humana, que quiso
someterse a la impotencia total del momento en que se apaga la vida... La Fe,
al recordarnos la victoria de Cristo, nos comunica la certeza de que el
sepulcro no es el fin último de la existencia. Dios nos llama a la resurrección
y a la vida inmortal”.
7.-La Sábana Santa es imagen del silencio... Nuestro
tiempo necesita redescubrir la fecundidad del silencio, para superar la
disipación de los sonidos, de las imágenes y de la palabrería, que muy a menudo
impiden escuchar la voz de Dios”.
8.- “...La Sábana Santa nos presenta a Jesús en el momento de su máxima
impotencia, y nos recuerda que en la anulación de esa muerte está la salvación
del mundo entero. La sábana
Santa se convierte, así, en una invitación a vivir cada experiencia, incluso la
del sufrimiento y la suprema impotencia, con la actitud de quien cree que el
amor misericordioso de Dios vence toda la pobreza, todo condicionamiento y toda
tentación de desesperación.
Por: Luis Sánchez Alcántara
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