lunes, 28 de agosto de 2017

¿Cómo deben ser los esposos?


No hay modelo de esposa o de esposo para imitar. Ser esposa(o) es lo más personal y propio del ser humano. No hay computadora capaz de tabular las condiciones que tienen que adornar a una esposa(o) para que sea el ideal porque no se puede computarizar el amor. El amor -más el de esposos- no acepta reglas ni modelos: es privilegio del ser humano que solo acepta ser demostrado. La intimidad matrimonial es el escenario donde los esposos demuestran, en máxima libertad, su amor conyugal. No parecerse a nadie, no imitar a nadie: el amor conyugal con la felicidad que genera forjará -amalgamado a la formación de cada esposo- la personalidad del matrimonio, que no será igual a ningún otro, que crecerá cada día porque el matrimonio es dinámico, crece, evoluciona, se perfecciona y se arraiga tanto en los esposos que ya no saben ni quieren vivir fuera de él. Esa es su mejor defensa. Por eso el ser humano busca el matrimonio y así más del 90 % de los adultos viven en matrimonio.

El Matrimonio es la única forma de vida del ser humano, esta es la responsabilidad de padres y Autoridades; formar a los jóvenes, para ellos dándoles conocimientos indispensables para llegar a ser esposos felices. Una mujer soltera que ha tenido un hijo muchas veces no acepta el matrimonio con el padre de ese hijo lo que demuestra que el matrimonio es mucho más que un hijo la inversa también vale: cuántas veces un hombre soltero contrae matrimonio con una mujer que tiene un hijo de soltera: el matrimonio supera al hijo. Solo la felicidad del matrimonio es por vida, por eso no se puede cambiar matrimonio por nada: ni por hijos, ni por fortuna ni por amante, etc. Quien así lo hiciera es por inmadurez afectiva que no logró un matrimonio feliz. nadie cambiara más matrimonio por menos (cualquier otra forma de vivir pareja amante) etc. Esto tan simple explica porque no hay esposo o ideal, tipo. El ideal es lo que cada matrimonio tiene porqué unidos por amor todo es agradable, todo es muy bueno y lo peor es perdonable. El matrimonio no es la suma sino la combinación de la personalidad de los esposos (Ver personalidad de los esposos. Como se plasma, etc.). Es otro misterio del amor conyugal.

El hombre es el animal que tiene más autonomía sobre sus instintos pero para ello necesita de la educación, de su formación en su triple enfoque: somático, psicológico y social; privilegio que le pertenece en exclusiva Este distanciamiento de sus instintos -perfeccionarse- que hereda en su faz somática necesita desarrollar su faz psicológica y social para saber vivir el verdadero amor conyugal y en esto- el matrimonio de los padres -mientras falte la enseñanza para el matrimonio en los colegios- es lo más importante. El matrimonio paterno marca al niño para toda su vida y sobre eso la educación podrá seguir modelando a ese niño a que llegue a ser una esposa o  (o) feliz. Lo que el niño vive en el hogar de sus padres jamás será olvidado y tanto que modelará su temperamento -heredado- y su carácter y tarde o temprano hará su matrimonio semejante al de sus padres con los cambios que hará el aporte de lo que trae la esposa, de su propio hogar.

Esta es otra responsabilidad de los padres: no basta ser buenos padres, cariñosos y generosos con los hijos primero deben ser buenos esposos a los ojos de los hijos  y así lo heredan y copiaran a su debido tiempo. Si los padres supieran el daño que provocan en la formación de los hijos sus disputas matrimoniales, muchos de ellos tendrían otra conducta y harían lo indispensable para lograr felicidad matrimonial; para ellos y los hijos En este contexto tan complejo y personal no puede haber modelo pero sí educación, formación en su máxima amplitud para que sean jóvenes que sepan llegar -cuando se casen- al verdadero amor del matrimonio de donde no querrán salir nunca porque es el mejor y máximo logro humano. Todo lo escrito en páginas anteriores es para contribuir a la formación de los jóvenes; para que sumado a lo que cada uno tiene en su interior sepan buscar, encontrar y cuidar el amor conyugal: así serán el mejor esposo y la mejor esposa. Este es el fin de este libro: contribuir para que los jóvenes adquieran los conocimientos necesarios (que sumado a lo que heredan de sus padres) para ser buena esposa, buen esposo para formar un matrimonio feliz.

el matrimonio suma muy buenas cualidades de ambos esposos pero muy pocas veces resta cualidades negativas.. Vicios, mal carácter, torpeza, etc., etc. el matrimonio no los cambia. No olvidar el matrimonio no es solución para ello y muchos menos si hay falta de amor, el matrimonio no podrá generarlo, al revés se nutre de él, es su alimento, su razón de ser, primero amor después matrimonio. En esa demostración de amor en intimidad matrimonial, el matrimonio perfecciona su amor. Por eso se repite que las relaciones sexuales matrimonial son la máxima expresión máxima demostración de amor que crece perfecciona y se hace joven después de cada encuentro. Si las estadísticas indican que más del 90% de los adultos viven en matrimonio sin que ello sea obligatorio sino por muy personal decisión ¿cómo es posible que en la educación de los jóvenes no se preocupen las autoridades, para su mejor formación, para lograr buen matrimonio?


Se debe enseñar lo fundamental, lo básico -según nivel cultural- pero no solo lo sexual porque serán buenos amantes, que no es lo mismo que buenos esposos, que sepan vivir un matrimonio feliz, estable para toda la vida. Matrimonio feliz es la base para criar hijos felices. La llegada de los hijos no mejora ningún mal matrimonio, un buen matrimonio hace hijos felices, así como un mal matrimonio la infelicidad de sus hijos. Las autoridades se preocupan por las familias: educación, salud, seguridad, alimentación, etc. No basta falta el amor, el cariño de esposos el matrimonio, es que debe enseñar como parte de la formación de los jóvenes.



Por: Dr. Alberto Abdala



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