El Juicio Final es la prueba de la justicia infinita
de Dios. ¿sabemos cuándo será? ¿debemos tener miedo?
Dios ha puesto en nosotros el
deseo de vivir eternamente y por eso oímos hablar del Fin del mundo y lo vemos
como el peor de todos los males del hombre.
Nuestra naturaleza se
rebela al pensar que el mundo tendrá un final, que nuestra vida misma tendrá un
final, pues lo relacionamos con la separación de todo lo que amamos en esta
tierra.
Sin embargo, sabemos por la fe, que la muerte no es el final de todo, sino el
principio de una nueva vida, en la cual viviremos eternamente felices o
eternamente desgraciados de acuerdo con lo que hayamos hecho en nuestra vida
temporal.
El juicio particular
Al morir tendremos un juicio particular. Nos encontraremos ese día ante
Jesucristo y ante nuestra vida: todos nuestros actos, palabras, pensamientos y
omisiones estarán al descubierto. Suena dramático, pero es real. Si te
encuentras en gracia, tu eternidad feliz empezará en ese momento. Si mueres en
una actitud de rechazo total y voluntario a Dios, en pecado mortal, entonces
empezará para ti el castigo eterno, el infierno.
El juicio particular es diferente al Juicio final, que también existirá
y que está descrito con exactitud por Jesucristo en Mt 23, 31-46. El Juicio
Final se realizará al final de los tiempos, cuando venga Jesús por segunda vez
a la Tierra, pero ahora de manera gloriosa, como Rey del mundo. Ese día, todos
los hombres resucitaremos y seremos juzgados de acuerdo con nuestras obras. Hay
muchos otros textos en la Biblia que nos hablan de esto: Dn 7, 10; Mt 3, 7-12;
…
En ese día saldrán a la luz todas nuestras acciones y se verá el amor hacia los demás que pusimos en cada una de ellas.
Este amor será el que nos juzgará:
"Venid benditos de mi Padre… porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber…"
"Id malditos al fuego eterno… porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber…"
Pensar en el fin del mundo y en el juicio final es algo que a simple
vista no nos gusta, pues... eso de que se vayan a descubrir nuestros secretos
enfrente de toda la humanidad, como que más bien nos asusta. Sin embargo, si
reflexionamos un poco, descubriremos que no es tan terrible como parece:
En primer lugar, hay que darnos cuenta de que, en el Juicio
Final, no sólo se sabrá lo malo, sino que también todos nuestros méritos que
sólo Dios y nosotros mismos conocemos, serán mostrados a todos.
En segundo lugar, debemos pensar en la cantidad e veces que
nos hemos quejado con razón, de que hay muchas injusticias en el mundo:
personas que se enriquecen a costa del trabajo de otros, personas que mienten
para destruir la vida de otros, culpables que permanecen sin castigo alguno.
¿Cómo pueden existir estas situaciones si Dios es justo? Dios conoce estas
injusticias, pero las permite porque respeta la libertad del hombre.
Pero, cuando se cumpla el tiempo, llegará el momento del Juicio y Dios nos dará a cada uno lo que justamente merecemos. Ese día se acabarán todas las injusticias.
El juicio final es la prueba de que Dios es infinitamente justo y ha dispuesto todo con sabiduría para que la verdad se conozca y se aplique la justicia en cada hombre con el destino eterno que él mismo se haya merecido.
¿Cuándo será el
juicio final?
El mismo Jesucristo nos aclaró que ni siquiera Él conoce el
día ni la hora en que se llevará a cabo este acontecimiento, sino sólo Dios
Padre. Así que no debemos dejarnos engañar por personas que pretenden conocer
la fecha del fin del mundo. No debemos preocuparnos por intentar conocer esa
fecha, sino sólo por estar siempre bien preparados, pues no sabemos en qué
momento sucederá.
Si tienes alguna
consulta utiliza este enlace para escribirle al P. Joaquim Meseguer García. Especialista en
temas escatológicos, es decir, de la Teología del más allá: la muerte, el
Juicio final, la resurrección, el Cielo, el Purgatorio, el Infierno.
Por: Lucrecia Rego
No hay comentarios.:
Publicar un comentario