Tú, como otras muchas mujeres han descubierto que
después de practicarse el aborto han quedado más o menos incapacitada
psicológicamente.
La actitud ante la
pena y el dolor
Tú, como otras muchas mujeres han descubierto que después de practicarse el aborto has quedado más o menos incapacitada psicológicamente.
Sufres y a veces no sabes por qué. Te duele el alma. Te vienen pesadillas, o tu
autoestima está por los suelos Te sientes deprimida, o con ira, o intranquila,
o temerosa. Tal vez estás preocupada cuando llega el aniversario en que hubiese
nacido el bebé; o anhelas tener otro bebé, un bebé de "expiación", y
sufres porque ya no puedes. O bien, te dejas llevar por una conducta
autodestructiva, abusando de las drogas o del alcohol. Te vienen ideas de
suicidio o has perdido el apetito.
Cualquiera que sea el dolor que estés experimentando, no eres
la única. Muchos hombres y mujeres están sufriendo como tú; algunos se han
abierto paso a través de su dolor. Por ello, queremos ayudarte con nuestra
experiencia y darte a conocer un tema sobre el que se ha escrito poco y del que
se conoce poco, excepto por nosotras, las víctimas sobrevivientes del aborto.
No permitas que nadie trivialice o menosprecie tu pena
Tu pena es un signo saludable, una señal de que estás
haciendo frente a una realidad, en vez de tratar inútilmente de olvidarla, o de
intentar sepultarla dentro de ti misma. Las lágrimas purifican. El primer paso
para ser curado de las heridas emocionales es admitir su existencia y reconocer
su causa. Tienes el derecho a sentir pena y dolor. Si perdieras un niño muy
pequeño por enfermedad o accidente, la sociedad comprendería la razón de tu
pena. El aborto espontáneo de un hijo deseado también es una razón legítima
para afligirse. Sin embargo, muchas mujeres y hombres se sorprenden de
encontrarse apenadas por la pérdida de su(s) hijo(s) porque el aborto era -más
o menos- un acto voluntario. La voluntariedad del acto no elimina la pena, sino
al contrario. A la pérdida se le añade la responsabilidad -o culpabilidad- de haber
desechado el hijo que Dios había puesto en entrañas, lo la cual intensifica la
pena.
Puedes ser inducida a creer, apoyada por cualquier persona
-profesionales, asesores, otras mujeres, amigas, miembros de la familia,
cónyuges o parejas- que tu pena es ilegítima, que no hay razón para tener la
conciencia atormentada o para cargar con ese dolor. Esto frecuentemente lleva a
las mujeres y a los hombres a sentirse ridículos o culpables por su propia
pena, aumenta su confusión y les hace sentir como si estuvieran "perdiendo
los estribos".
Tu pena no sólo es justificable, es normal, pues en el mismo
momento de iniciar un embarazo comienzan todos los cambios hormonales del
organismo, cuyo fin es transformar a la mujer en madre. La maquinaria del
cuerpo se prepara para traer al mundo una criatura; y al mismo tiempo que el
cuerpo se prepara para la maternidad se prepara también la mente. Cualquier
impedimento a este proceso natural como el aborto, destruye la ecología del
cuerpo y deja cicatrices en la psíquis de la que iba a ser madre. Por este
motivo, después de un aborto, lo que anormal es la ausencia de la sensación de
pérdida, de vacío, de pena o de aflicción. Reconoce que estás respondiendo
normalmente a una trágica experiencia de la vida. El hecho de que cooperaste en
causarte esa tragedia no niega tu pena, sino más bien la intensifica.
No seas demasiado
dura contigo misma
Cierto doctor ha dicho que el fenómeno de las dudas que
siente la mujer sobre la aceptación o rechazo de tener al hijo al principio del
embarazo es tan universal, que en sí constituye un síntoma de embarazo. Se te
pidió que tomaras una importante decisión cuando tu estado de ánimo no estaba
equilibrado, influenciado en parte por los cambios hormonales que estaban
ocurriendo en tu interior al principio del embarazo, cuando tu capacidad para
tomar decisiones no estaba en su mejor momento. Por otro lado, es probable que
no tomaste sola tu decisión.
Quizás el padre del bebé no quiso o no pudo apoyarte para no
aceptar la responsabilidad de tener un hijo. Puede que te haya sugerido el
aborto -quizás incluso haya usado su influencia emocional y/o económica para
persuadirte, presionarte o coaccionarte para que abortaras.
Si una mujer o un hombre están solteros, pueden sentir que,
porque su conducta sexual ha sido bastante irresponsable, han renunciado a su
derecho a tomar una decisión de tener al niño, en contra de los deseos expresos
de sus padres. Sienten que no tienen derecho a avergonzarlos aún más, ni a
"turbar" o aplazar los planes que habían trazado para para su futuro.
En un sincero deseo de ahorrarles el dolor, muchas mujeres y hombres consideran
equivocadamente el aborto como una manera de resolver una situación que está
haciendo sufrir a los que más aman. Tus familiares, tu mejor amiga, todos ellos pueden haberte sugerido que
el aborto es realmente la solución más viable para una situación difícil.
O puede ser que los consejeros del centro de planificación
familiar no te dieron toda la información necesaria para ayudarte a tomar una
decisión informada y libre. Negaron la humanidad a tu hijo aún no nacido. Le
llamaron un "puñado de células", "un pedazo de tejido" o
"el producto de la concepción". No te informaron de las secuelas
físicas y psicológicas del aborto. Apenas te informaron del tipo de procedimiento
"seguro y sencillo" con el que "matarían" al niño. Y no te
dijeron nada del dolor que tú y tu hijo sufrirían. Es por ello probable que no
tomaste tu decisión basándote en una información adecuada y completa.
Finalmente, quizás equiparaste lo que es legal con lo que es
correcto. Después de todo, el Tribunal Supremo de los EE.UU. declaró que el
aborto es un "derecho" y ¿van a estar equivocadas el millón y
seiscientas mil mujeres que abortan cada año en este país? Normalmente confías
en la ley como una pauta para dirigir tu vida. No es tu culpa que no te dieses
cuenta de la tragedia que ha supuesto la aplicación errónea de la justicia. Es
un fracaso de la sociedad, no sólo tuyo.
Perdona a las personas que colaboraron en tu aborto
Es natural que te sientas enfadada con las personas cercanas a ti, las
que debieran haberte apoyado en ese momento difícil de tu vida, pero que te
fallaron tan miserablemente. Pero no permitas que la ira y la rabia sigan
anidando en tu corazón, pues te destruirán, acabando en amargura y enfermedad.
Tienes que darte cuenta de que a lo mejor el padre de la
criatura puede haberse sentido entre la "espada y la pared". Quizás
renegó de todos los compromisos verbales o no que te hizo. Si has sido generosa
contigo misma, ahora sé generosa con él. El aborto frecuentemente acaba con la
relación que produjo el embarazo. Si esto te ha sucedido, que así sea. Pero
perdónale. Perdona a tus padres, y amigos. Estaban equivocados, aunque buscaban
lo mejor para ti. Sus juicios fueron errados, pero solo Dios podrá juzgarlos.
Perdona a los profesionales sanitarios que te atendieron y quizás te mintieron, sin darte la información pertinente que podía haber cambiado tu decisión. Se dejaron llevar de una actitud paternalista, pensando que una decisión no informada es menos dolorosa. Aunque nosotras ahora ya sabemos que lo contrario es lo menos doloroso a la larga.
Busca la curación en Dios que es misericordioso
Muchas mujeres y hombres nos han expresado que se sienten indignas del
perdón de Dios: que, en efecto, están esperando, o sienten que están bajo el
juicio de Dios. Pero lee lo que Dios dice: "Porque Dios amó tanto al
mundo, que dio a Su Hijo unigénito, para que el que crea en él no perezca, sino
que tenga vida eterna" (Jn 3:16).
"El que crea" incluye a cualquiera que haya pecado y Romanos 3:23 dice: "Porque todos han pecado".
El aborto no sólo es un acto mal aconsejado, un llevar a cabo una decisión
desgraciada, es un pecado. Confiésalo a Dios como pecado y sentirás que
"Él es fiel y justo para perdonarnos nuestros pecados, y para purificarnos
de toda iniquidad"(I Carta de San Juan 1:9). Esto puedes hacerlo, si eres
católica, acudiendo al Sacramento de la Confesión o Reconciliación.
No permitas que el enemigo de tu alma te diga que tu pecado
fue demasiado grande, o demasiado premeditado, o demasiado egoísta o demasiado
destructivo para que Dios te pueda perdonar. ¡No hay ningún pecado demasiado
grande, premeditado, egoísta o destructivo que Dios no esté deseoso de perdonar
con tal que se lo pidan!
Nota: Tomado del folleto "Surviving Abortion" de la organización WEBA (Women Exploited by Abortion - Mujeres explotadas por el aborto). Dirección: WEBA; Route 1, Box 821; Venus, Texas 76084. Teléf.:(214) 366-3600.
¿Qué puede detonar el Síndrome Posaborto y
cuáles son algunas de sus causas?
Sobre todo recuerdos cercanos a la situación que se vivió cuando se realizó
el aborto:
* Olores
* Sabores
* Punzadas
* Llanto de bebé
* Texturas
* Elevadores
* Canciones
* Doctores
* Hospitales
* Mujeres
* Embarazadas
* Sangre
* Menstruación
* Batas
* Vientre Inflamado
* Bebés
O bien, situaciones en que se hable del aborto, de
nacimientos cercanos a ella, bautizos, etc.
También existen ciertos obstáculos para vivir el proceso de duelo:
* No hay evidencia externa de la existencia del bebé
* No hay un ritual formal de despedida
* No tiene un apoyo cercano fuerte (familia y amigos)
* No tiene permiso de afligirse socialmente
* Pocos consejeros profesionales
De acuerdo con su experiencia, ¿cuáles son los síntomas más comunes que presentan las mujeres que han tratado?
* Síndrome del Aniversario: 78% lo presentó (fecha en que el bebé hubiera nacido, la fecha del aborto).
* No hay un ritual formal de despedida
* No tiene un apoyo cercano fuerte (familia y amigos)
* No tiene permiso de afligirse socialmente
* Pocos consejeros profesionales
De acuerdo con su experiencia, ¿cuáles son los síntomas más comunes que presentan las mujeres que han tratado?
* Síndrome del Aniversario: 78% lo presentó (fecha en que el bebé hubiera nacido, la fecha del aborto).
* Depresión/Enojo/Ansiedad/Desesperación: se presentó en el 99% de los casos.
* Ira/Culpabilidad/Remordimiento/Tristeza/Baja Autoestima: se presentó en el 100%.
* Problemas de Alimentación: 90% presentó trastornos de alimentación como la anorexia, la bulimia y el comer compulsivamente.
* Intentos de Suicidio: 26%
* Pensamientos sobre el Suicidio: 45%
* Visiones del Bebé abortado: 37%
* Sueños del Bebé abortado: 45%
Por: Surviving abortión
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