El Coordinador del grupo de Catequesis.
Su trabajo será articular todas las tareas, reconocer
y potenciar los talentos de catequistas
así como en artículos anteriores, hablamos de la importancia de tener
una planificación, ésta debe estar sustentada por un buen grupo de catequesis,
que a su vez cuente con un coordinador que sea ejemplo en todo sentido. Que dé
testimonio de vida y testimonio de servicio a los demás. Su trabajo será
articular todas las tareas, reconocer y potenciar los talentos de cada uno de
los integrantes del grupo y tener la capacidad de organizar un trabajo que
redunde en una buena tarea de crecimiento de la fe de los catequizando.
Su importancia dentro del grupo, es clara y contundente, por
eso la elección del mismo también requiere una buena revisión por parte del
párroco que debe nombrarlo. Así como una acertada designación puede redundar en
un buen grupo que realice bien la tarea encomendada, una elección equivocada,
puede generar dentro del grupo un ambiente de trabajo no propicio para tan
importante misión, como es la de hacer crecer en la fe a chicos, adolescentes y
adultos de cada comunidad.
Un Guía bajo la luz de Cristo
La responsabilidad que exige coordinar un grupo de
catequistas es también la compromiso de hacer crecer la Iglesia de Cristo, pero
sobre todo es crecer como personas llevando la Buena Nueva a los catequizando.
Estar en constante oración y vínculo con la Virgen María, madre de la salvación
y protectora permanente nuestra, son herramientas necesarias para cumplir con
tan importante misión. Además, obviamente, de tener como guía y modelo a Jesús,
el cual nos brinda su luz para enseñarnos el camino correcto.
Siguiendo las enseñanzas de Jesucristo, se puede hacer una mejor
coordinación del grupo que se tiene a cargo. El Coordinador Parroquial de
Catequistas debe tener el ejemplo de Jesús en su Corazón, pues no es aquel que
se cree más que los otros, sino que está dispuesto a servir, guiar y a dar su
amor a la catequesis y a los catequistas que está coordinando. Este tema es
fundamental y muchas veces nos pasa exactamente lo contrario. El Coordinador
está para servir, y no para "mandar", porque ordenar, o establecer
pautas de trabajo, no necesariamente significan dar permanentemente órdenes.
Decir que la tarea de coordinar no es fácil, es reiterar un
concepto que sirve para todo lo que tenga que ver con servir a la Iglesia. Nada
es sencillo, pero con empeño, bajo la luz de nuestro Señor Jesús y con la
intersección de María, modelo de catequista, se puede realizar una labor eficaz.
La motivación de los coordinadores debe radicar en los ejemplos y vivencias de
Jesús y así colocarlas en práctica en cada una de las reuniones, para que los
catequistas también se motiven. En
términos de tareas propiamente dichas, es fundamental que el coordinador se
actualice permanentemente en puntos que tienen que ver con la catequesis, pues
así se estará construyendo una Iglesia viva y actual que sigue la luz de Jesús
a través de su conocimiento, testimonio y servicio en su comunidad parroquial.
Por:
Rogelio López
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