La Unción: signo, rito ministro y
sujeto:
Se administra ungiendo al enfermo
con óleo y diciendo las palabras prescritas por la Liturgia.
La unción de los enfermos se
administra ungiendo al enfermo con óleo y diciendo las palabras prescritas por
la Liturgia. (Cfr. CIC. c. 998).
La Constitución apostólica de
Paulo VI, “Sacram unctionem infirmorum” del 30 de noviembre de 1972, conforme
al Concilio Vaticano II, estableció el rito que en adelante se debería de
seguir.
La materia remota es el aceite de
oliva bendecido por el Obispo el Jueves Santo. En caso de necesidad, en los
lugares donde no se pueda conseguir el aceite de oliva, se puede utilizar
cualquier otro aceite vegetal. Aunque hemos dicho que el Obispo es quien
bendice el óleo, en caso de emergencia, cualquier sacerdote puede bendecirlo,
siempre y cuando sea durante la celebración del sacramento.
La materia próxima es la unción
con el óleo, la cual debe ser en la frente y las manos para que este sacramento
sea lícito, pero si las circunstancias no lo permiten, solamente es necesaria
una sola unción en la frente o en otra parte del cuerpo para que sea válido.
La forma son las palabras que
pronuncia el ministro: “Por esta Santa Unción, y por su bondadosa misericordia
te ayude el Señor con la gracia del Espíritu Santo, para que, libre de tus
pecados, te conceda la salvación y te conforte en tu enfermedad”.
Las palabras, unidas a la materia
hacen que se realice el signo sacramental y se confiera la gracia.
Rito y Celebración
Todos los sacramentos se celebran
en forma litúrgica y comunitaria, y la unción de los enfermos no es ninguna
excepción. Esta tiene lugar en familia en la casa, en un hospital o en una
iglesia. Es conveniente, de ser posible, que vaya precedido del sacramento de
la Reconciliación y seguido por el Sacramento de la Eucaristía.
La celebración es muy sencilla y
comprende dos elementos, los mismos que menciona Santiago 5, 14: se imponen en
silencio las manos a los enfermos, se ora por todos los enfermos la epíclesis
propia de este sacramento – luego la unción con el óleo bendecido.
Ministro y Sujeto
Solamente los sacerdotes o los
Obispos pueden ser el ministro de este sacramento. Esto queda claro en el texto
de Santiago y los Concilios de Florencia y de Trento lo definieron así,
interpretando dicho texto. Únicamente ellos lo pueden aplicar, utilizando el
óleo bendecido por el Obispo, o en caso de necesidad por el mismo presbítero en
el momento de administrarlo.
Es deber de los presbíteros
instruir a los fieles sobre las ventajas de recibir el sacramento y que los
ayuden a prepararse para recibirlo con las debidas disposiciones.
El sujeto de la Unción de los
Enfermos es cualquier fiel que, habiendo llegado al uso de razón, comienza a
estar en peligro por enfermedad o vejez. (Cfr. Catecú. 1514).
Para poderlo recibir tienen que
existir unas condiciones. El sujeto – como en todos los sacramentos - debe de
estar bautizado, tener uso de razón, pues hasta entonces es capaz de cometer
pecados personales, razón por la cual no se les administra a niños menores de
siete años.
Además, debe de tener la
intención de recibirlo y manifestarla. Cuando enfermo ya no posee la facultad
para expresarlo, pero mientras estuvo en pleno uso de razón, lo manifestó,
aunque fuera de manera implícita, si se puede administrar. Es decir, aquél que
antes de perder sus facultades llevó una vida de práctica cristiana, se
presupone que lo desea, pues no hay nada que indique lo contrario. Sin embargo,
no se debe administrar en el caso de quien vive en un estado de pecado grave
habitual, o a quienes lo han rechazado explícitamente antes de perder la
conciencia.
En caso de duda se administra
“bajo condición”, su eficacia estará sujeta a las disposiciones del sujeto.
Para administrarlo no hace falta que el peligro de muerte sea grave y seguro,
lo que si es necesario es que se deba a una enfermedad o vejez. En ocasiones es
conveniente que se reciba antes de una operación que implique un gran riesgo
para la vida de una persona.
En el supuesto de que haya duda
sobre si el enfermo vive o no, se administra el sacramento “bajo condición”,
anteponiendo las palabras “Si vives ……”
Por: Cristina Cendoya de Daniel |
Fuente: Catholic.net
No hay comentarios.:
Publicar un comentario