Esta pregunta no tiene una respuesta única.
La pregunta "¿cuánto ganan los sacerdotes?" no tiene una única respuesta, y debemos explicar por qué.
La mayoría de los fieles no saben de dónde sale el dinero
para que vivan los sacerdotes. Muchos creen que el Obispo les paga un sueldo
-como lo haría el dueño de una empresa-, y hay quienes todavía piensan que el
que les paga es el Estado.
La verdad es otra: es cada comunidad la que debe
"procurar la honesta sustentación del clero y sus ministros"(1). Por
lo tanto, la mayoría de los sacerdotes vive de la retribución que su parroquia
le puede brindar.
Así, puede verse que un sacerdote de una parroquia de bajos
recursos recibirá de su comunidad una asignación muy humilde. En algunas
diócesis con comunidades muy pobres a veces se establece un monto mínimo para
cubrir las necesidades más elementales de los sacerdotes. En estos casos se
recurre a fondos solidarios que se mantienen con los aportes de otras parroquias
u otros sacerdotes.
Para el caso de la parroquia con muchos recursos suele haber
límites: Las diócesis muchas veces suelen fijar topes -de acuerdo con la
antigüedad y al cargo pastoral- por obvias razones de principios. Forzando una
simplificación, y sólo a fin de tener alguna medida de referencia, podemos
decir que la asignación de los sacerdotes en estas parroquias más pudientes, en
general no suelen superar al sueldo equivalente de un empleado administrativo
privado de la zona, con antigüedad proporcional.
Pero no son tantas las parroquias que pueden llegar a esta proporción:
la mayoría de las parroquias son modestas, y muchas no llegan a sustentar a su
sacerdotes.
Podemos agregar algunas aclaraciones complementarias:
- Notemos que hablamos de asignación y no de sueldo, porque
el sacerdote no es empleado de su comunidad, sino que está a su servicio el
cual, por razón de justicia -y de supervivencia- debe ser retribuido.
- Es importante distinguir los gastos propios de la función
sacerdotal, de lo que son gastos personales (ropa, libros, etc.). Las
asignaciones son para gastos personales, aunque muchos sacerdotes los utilizan
también para gastos pastorales.
- Los sacerdotes pueden tener otros ingresos, por ejemplo,
por capellanías (colegios, hospitales, etc.) o donaciones personales. Al
respecto, vemos que en muchos lugares este tipo de ingresos son los que permiten la subsistencia del sacerdote, porque sus comunidades son demasiado
pobres como para brindarles un sustento mínimo.
Un sacerdote, en general, recibe de su parroquia una asignación que no suele ser mayor al equivalente de lo que recibe un empleado administrativo privado de la zona donde vive.
Fuente: Conferencia Episcopal Argentina. Consejo de
Asuntos Económicos.
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